Funchal es un puerto muy utilizado en el Atlántico, tanto en trayectos transatlánticos desde el Caribe y Brasil como en rutas por y hacia Canarias en la temporada de invierno.
Famoso por sus fuegos artificiales de fin de año, cada vez más navieras cuadran sus calendarios para pasar esta fecha señalada en este puerto o incluso fondear en sus exteriores para disfrutar del espectáculo.
Nuestro primer encuentro con Funchal tuvo un carácter agridulce, ya que coincidió con el peor temporal en los últimos cuarenta años provocando inundaciones, avalanchas y causando graves destrozos en Madeira. A pesar de la desgracia, pude comprobar fehacientemente que los informes que algunos amigos me habían dado de la capital madeirense estaban ajustados a la realidad. Funchal era una ciudad francamente preciosa y encantadora. Un destino de crucero que contaba con todos los atractivos para que las grandes compañías organizaran una escala en la isla.
Famoso por sus fuegos artificiales de fin de año, cada vez más navieras cuadran sus calendarios para pasar esta fecha señalada en este puerto o incluso fondear en sus exteriores para disfrutar del espectáculo.
Nuestro primer encuentro con Funchal tuvo un carácter agridulce, ya que coincidió con el peor temporal en los últimos cuarenta años provocando inundaciones, avalanchas y causando graves destrozos en Madeira. A pesar de la desgracia, pude comprobar fehacientemente que los informes que algunos amigos me habían dado de la capital madeirense estaban ajustados a la realidad. Funchal era una ciudad francamente preciosa y encantadora. Un destino de crucero que contaba con todos los atractivos para que las grandes compañías organizaran una escala en la isla.
Desde
entonces hasta ahora, en otras múltiples ocasiones hemos tenido la oportunidad de
llegar a Funchal como crucerista, la última vez el pasado diciembre de 2024 con
el MSC Opera. Sin falsas modestias, creo que somos unos razonables conocedores del centro urbano de la bella ciudad, que posee atractivas aceras
pavimentadas con el popular “empedrado portugués”, bonitas casas y sencillas
iglesias, cuyas edificaciones recuerdan en todo momento a la típica
arquitectura de corte colonial de las Canarias.
Excursiones Oficiales. En Funchal tenemos a nuestra disposición una oferta de excursiones que incluyen trayectos de aventura en Jeep, visitas a Eira do Serrado y Teleférico, rutas panorámicas por la isla o la tradicional bajada en carreiros. Esta última excursión suele estar emparejada con el Pico dos Barcelos y su mirador desde donde tenemos una vista de 360º sobre la ciudad de Funchal y sus alrededores. Personalmente recomiendo la bajada con los carreiros porque es bastante curiosa y es la típica experiencia que queda un poco a "desmano" de todas las actividades de la ciudad, y merece la pena hacerla con la Naviera. En días en los que hay varios cruceros en el muelle puede haber cola, pero nosotros tuvimos suerte ya que estábamos solos. Cuando vean el mecanismo de reciclaje y vuelta de los carros a la parte alta de la montaña lo entenderán.
Caminando por Funchal. Desde
la terminal del puerto, resulta muy cómodo llegar al centro de la ciudad en un
agradable paseo de unos veinte minutos de duración. Sólo la salida del puerto te llevará unos 10 minutos, ya que lo normal es el atraque en la zona del espigón y esto obliga a dar un rodeo al muelle, pero es muy fácil y seguro en cuanto al tráfico. Además, para los amantes de los cruceros, todo el muelle conserva recuerdos de pintadas de todos los cruceros que han hecho escala en Funchal y merece la pena como documento histórico de buques nuevos, otros que ya no existen. Desde luego a nsotros nos encantó y espero que se mantenga así por mucho tiempo.
Vamos a dar tres sencillos recorridos con los que, estimo, el crucerista podrá tener
un conocimiento casi completo de la capital madeirense.
Primer recorrido. En
el primer itinerario, a la salida del puerto, entramos en la Avenida Sa
Carneiro y, a los pocos pasos, en la roja Plaza do Mar, nos tropezamos con una
gran estatua en bronce de Cristiano Ronaldo, ilustre hijo de la ciudad. Una obligada
instantánea. Luego
entramos en la Avenida do Mar, un largo y bonito paseo ajardinado. Después de pasar por el
imponente Palacio-Fortaleza de San Lorenzo, llegamos a la Plaza da Autonomía,
con su elevada estatua obra del afamado escultor local Ricardo Velosa.
A
continuación accedemos al Jardín Almirante Reis en donde se encuentra el
teleférico, que nos subirá a la Iglesia de Nuestra Señora del Monte, desde
donde se puede descender luego vertiginosamente en los carreiros, cestas de
mimbre típicas de la zona conducidas por dos hábiles isleños.
Terminamos
esta primera ruta llegando al Fuerte de Santiago, pintado con un llamativo
color amarillo, que tiene en su seno un Museo de Arte Contemporáneo.
Fuerte de Santiago
Segundo recorrido. En
el Fuerte de Santiago, iniciamos nuestro segundo recorrido por la calle Sao
Tiago haciendo una parada en la recoleta capilla del Corpo Santo para, a
continuación, entrar en la Rua de Santa María, una curiosa calle, con
restaurantes y galerías de arte, cuyas puertas están primorosamente decoradas
con coloridas ilustraciones y metálicos bajorrelieves. Luego, hay que hacer una
obligada visita al Mercado dos Lavradores, para contemplar las frutas más
grandes y jugosas que uno pueda imaginar.
Destacar que precisamente en la zona del mercado suele terminar las excursiones de la naviera. Puedes optar por quedarte ahí y explorar por tu cuenta o volver al barco con el autobús.
Caminando a continuación por la Rua Fernando de Ornelas que enlaza con la Rua do Aljube, nos encontramos con la Catedral, un templo en el que me encontré muy a gusto, ya que su edificación me trajo reminiscencias a las iglesias tinerfeñas. A la entrada, una estatua del Papa Juan Pablo II recuerda su visita a Funchal el 12 de mayo de 1991. Ya estamos en la Avenida Arriaga, el centro neurálgico de Funchal, con importantes edificios como el Palacio del Gobierno Regional y el Teatro Municipal, en donde igualmente podemos hallar un punto de información para turistas. En esta calle también se ubica el exuberante Jardín Municipal, un lugar recoleto que recomiendo para descansar un rato de la caminata.
En la Rotonda del Infante Don Henrique, echamos un vistazo a la hermosa fuente con una gran esfera armilar en el centro, para seguir con nuestro recorrido por la Avenida do Infante, a cuya izquierda, de inmediato nos encontramos con el Parque Santa Catarina, una gran superficie ajardinada con agradables sorpresas en su interior. A continuación está situada la Quinta Vigia, residencia oficial del Presidente del Gobierno Regional, cuyos jardines están abiertos al público, y que tiene una fantástica vista sobre la bahía y puerto. Justo al lado, se halla el Casino de Madeira, en donde finalizamos este segundo periplo.
Mercado dos Lavradores
Caminando a continuación por la Rua Fernando de Ornelas que enlaza con la Rua do Aljube, nos encontramos con la Catedral, un templo en el que me encontré muy a gusto, ya que su edificación me trajo reminiscencias a las iglesias tinerfeñas. A la entrada, una estatua del Papa Juan Pablo II recuerda su visita a Funchal el 12 de mayo de 1991. Ya estamos en la Avenida Arriaga, el centro neurálgico de Funchal, con importantes edificios como el Palacio del Gobierno Regional y el Teatro Municipal, en donde igualmente podemos hallar un punto de información para turistas. En esta calle también se ubica el exuberante Jardín Municipal, un lugar recoleto que recomiendo para descansar un rato de la caminata.
Catedral de Funchal
En la Rotonda del Infante Don Henrique, echamos un vistazo a la hermosa fuente con una gran esfera armilar en el centro, para seguir con nuestro recorrido por la Avenida do Infante, a cuya izquierda, de inmediato nos encontramos con el Parque Santa Catarina, una gran superficie ajardinada con agradables sorpresas en su interior. A continuación está situada la Quinta Vigia, residencia oficial del Presidente del Gobierno Regional, cuyos jardines están abiertos al público, y que tiene una fantástica vista sobre la bahía y puerto. Justo al lado, se halla el Casino de Madeira, en donde finalizamos este segundo periplo.
Tercer recorrido. Regresamos
de nuevo al Jardín Municipal. Desde allí subimos por un lateral y llegamos a la
pintoresca Rua da Carreira.
Pasamos por el Museo Photographia Vicente y entramos
en la Plaza Municipal, con el Ayuntamiento y el Museo de Arte Sacro. Luego,
después de contemplar el Palacio de Justicia, que está al lado, caminamos por
la Rua do Bom Jesús, siguiendo después por la Rua Joao de Deus hasta arribar al
Museo del Bordado. A continuación bajamos por la Rua Brigadeiro Oudinot,
pasamos de nuevo por el Mercado dos Lavradores para llegar por último a la
Plaza de la Autonomía, en la Avenida do Mar.
Rua da Carreira
Plaza del Municipio
Los
tres itinerarios que he propuesto se pueden recorrer en unas cuatro o cinco
horas, dependiendo del tiempo empleado en las paradas.
Si
el crucero permanece durante dos jornadas en Funchal, en el segundo día sería
procedente subir en teleférico a Nuestra Señora del Monte; si se es un hincha
del Real Madrid, se puede visitar el Museo CR7 dedicado a Cristiano Ronaldo,
que está perfectamente señalizado a la salida del muelle; o, simplemente,
callejear sin rumbo fijo por la ruas funchalenses.
Compras. En el cruce con la Rua do Conselheiro (Primer Recorrido), aconsejamos visitar la Casa del Turista, un agradable lugar ubicado en un viejo caserón típico, en donde se puede encontrar todo tipo de regalos y recuerdos, especialmente en lo referente a la artesanía y los productos vinícolas de Funchal.
Comer en Funchal. La Rua de Santa María, en la segunda ruta propuesta, podemos encontrar varios restaurantes de comida local. Aunque no paramos en nuestras escalas lo dejamos pendiente para la siguiente visita. Lo que sí es imprescindible es hacer una parada para tomar un vino dulce de Madeira acompañado de un buen pastelito de nata. Cuando están recién hechos son una delicia y es imposible sólo comer uno (yo me comí tres en las distintas paradas). El Golden Gate Grand Cafe es un lugar clásico donde poder hacer una parada y tomas ambas cosas. Es caro pero puede merecer la pena.
Un consejo para el viajero que arriba por primera vez a Madeira: antes de escoger una excursión para visitar algún otro lugar de la isla, quédense en la capital. Estoy seguro de que no se arrepentirán.
Funchal es, en suma, una cautivadora y fascinante ciudad con la que siempre me reencuentro con renovada ilusión siendo, sin duda, una de mis predilectas como crucerista.
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