viernes, 2 de agosto de 2019

Rodas


Perteneciente a Grecia, Rodas suele ser puerto de escala habitual para cruceros por las islas griegas y aquellos trayectos más largos procedentes de Civitavecchia o Barcelona en la temporada de invierno.

La primera sorpresa que el viajero se encuentra en Rodas es que el crucero atraca en un muelle atravesado por viejos paredones defensivos en cuyo interior se ve la Torre de Francia y tres molinos, dos de ellos en bastante buen estado de preservación. Desde las últimas cubiertas del barco, se puede contemplar igualmente una magnífica visión de las majestuosas murallas de la ciudad con sus puertas y bastiones, así como del barrio antiguo, declarado en 1988 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sin duda una llegada a puerto que no debes perderte. 



EXCURSIONES OFICIALES: La oferta en Rodas se reduce a sus dos puntos fuertes, la propia ciudad y sus murallas y el Palacio del Gran Maestre. Hay otras alternativas como las ruinas de la histórica ciudad de Kamiros y el yacimiento arqueológico de Filerimos.

ALTERNATIVAS: Sin duda dar un paseo por tu cuenta por Rodas y explorar la ciudad y sus rincones iniciando en el mismo puerto pasando frente a la Puerta Marina y llegando la Puerta Arnauld. Una vez la trasponemos, ya estamos en la calle Apellou, junto al Museo Arqueológico, en donde hay una oficina de turismo que suministra al visitante un excelente plano de Rodas con los itinerarios aconsejados y la ubicación de los más importantes edificios históricos de la ciudad. Desde este lugar hay que hacer una breve parada en la cercana y encantadora Plaza Argyrokastrou y, después de contemplar la iglesia bizantina Panagia tou Kastrou (siglo XIII), pasamos a recorrer la perfectamente conservada Calle de los Caballeros, una vía maravillosa y fascinante que se encuentra flanqueada por las posadas medievales de España, Francia, Italia, Inglaterra, Auvernia y Provenza. Es, a mi juicio, lo mejorcito de Rodas, el indiscutible centro neurálgico de la urbe.

A continuación llegamos al Palacio del Gran Maestre levantado en el siglo XIV por los Caballeros de Rodas y destruido por la explosión fortuita de un polvorín en 1856, mientras la isla estaba sometida por el Imperio Otomano. El actual edificio es una reconstrucción realizada en la primera mitad del siglo XX durante la dominación italiana, que merece la pena visitar por su excepcional colección de todo tipo de obras de arte,  y especialmente por los pavimentos de mosaicos helenísticos. A la salida del palacio aconsejo atravesar la Puerta de San Antonio y recorrer el camino existente hasta la Puerta D’Amboise con el objeto contemplar las impresionantes fortificaciones concebidas por los ingenieros militares del medievo para la defensa de la ciudad.
Regresamos al palacio y atravesamos la calle Panetiou en donde nos encontramos primero con la Torre del Reloj, luego con la Mezquita de Solimán el Magnífico y, frente a ésta, con la Biblioteca Turca.

Palacio Gran Maestre 

Luego sugiero bajar por la calle comercial Sokratus, plagada de tiendas de todo tipo, que desemboca en la Plaza Ipokrátus, cerca por cierto de la espectacular Puerta Marina, ornada por una bonita fuente otomana y con el singular edificio Castellanía al fondo. Si continuamos por la calle Aristotelous, llegamos enseguida a la Plaza de los Mártires Judíos con su graciosa Fuente de los Caballitos de Mar.
Volvemos al exterior de la Puerta Arnauld para dirigirnos hasta la Puerta Arsenal, por donde ingresamos brevemente en la ciudad medieval para salir de nuevo por la Puerta Eleftherias y caminar más tarde por la moderna calle del mismo nombre. En dicha avenida nos encontramos con una impresionante serie de edificios públicos, realizados por el dictador Mussolini con el propósito de convertir Rodas en un centro neurálgico de la cultura italiana. Una impactante arquitectura fascista integrada por construcciones tan imponentes como: Nuevo Mercado, Banco de Grecia, Edificio de Tribunales, Autoridad Portuaria, Correos, Palacio de las Fuerzas Armadas, Ayuntamiento, Teatro Nacional, Iglesia de Evangelismos, Palacio del Arzobispo, Palacio del Gobernador y Casino Rodos. Por el lateral que da al mar de la Iglesia de Evangelismos, se ubica la plaza Antinavarchou, en cuyo centro se halla el Monumento a los Muertos de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí podemos acercarnos a la entrada del Puerto de Mandráki, con sus dos columnas rematadas por un ciervo y una cierva, que son los emblemas de Rodas, y contemplar el majestuoso Fuerte San Nicolás y tres antiguos molinos de viento.

COLOSO DE RODAS: Las dos columnas se asientan en el lugar donde, según la leyenda, se encontraba el Coloso de Rodas, la estatua de bronce de 33 metros de altura, una de las siete maravillas de la antigüedad, destruida por un terremoto. Aunque lo cierto es que, a resultas de recientes descubrimientos, el célebre coloso podría estar ubicado realmente en dos lugares diferentes: o en el solar del Palacio del Gran Maestre o en la Acrópolis.  

COMPRAS: A lo largo de todo el camino podemos encontrar innumerables tiendas de artesanía, joyas o pieles, sobre todo de visón, aparte de las clásicas tiendas de souvenirs, siendo en este último caso las esponjas, zapatos o cerámica lo más demandado.

Resumiendo: me encantó Rodas; tanto, que no me importaría visitarla de nuevo.
  
Manuel Darias (team Crucering)

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