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domingo, 29 de noviembre de 2015

Villefranche

Aunque es una pequeña ciudad francesa situada en la Costa Azul, Villefranche se ha convertido en los últimos años en puerto de escala habitual para todo tipo de cruceros y navieras como Disney Cruises o Pullmantur, que llegan a esta bahía en busca de buen tiempo y un paisaje costero con bastante encanto.
Villefranche tiene un puerto pequeño, del todo insuficiente para un crucero incluso pequeño, por lo que el barco fondea en la bahía y realiza los traslados a tierra en sus tenders. Una vez en tierra se nos abren una buena cantidad de opciones para pasar el día. 

EXCURSIONES OFICIALES: Villefranche es la puerta de entrada al Sur de Francia, por lo que las excursiones más populares son Niza, la capital de la Riviera Francesa, o Mónaco e incluso ambas opciones en la misma excursión si la escala es lo suficientemente larga.

ALTERNATIVAS: La opción más sencilla es quedarse en Villefranche, dar un paseo panorámico por la ciudad y finalmente buscar una buena terraza y disfrutar de las vista de la Costa Azul con una bebida en la mano.

Villefranche dispone de un servicio de tren turístico a precio bastante asequible y de 25 minutos de duración. Su parada principal se encuentra justo a la salida del puerto.

Villefranche está muy bien conectado por transporte público con Cannes, Niza y Mónaco. La estación de tren, que se encuentra bien señalizada desde la salida del puerto (SNCF), se encuentra a unos quince minutos del lugar de desembarque del tender siguiendo el paseo de la costa hacia la derecha (verás pasar los trenes mientras caminas). Una vez allí podrás optar por cualquiera de los dos destinos, aunque para mí el más atractivo es Mónaco con una duración de viaje de unos 25 minutos.
Los billetes se adquieren en máquinas expendedoras y es obligatorio validarlo en el andén, antes de subirse al tren.

CELEBRITY SOLSTICE EN VILLEFRANCHE

La estación de tren de Mónaco está muy cerca de todo y te permite llegar a partes del circuito de Formula 1 sin problemas.

Si elegimos Niza, sólo tenemos que coger el tren en dirección opuesta a Mónaco y tener cuidado ya que está muy cerca y podemos pasarnos la parada. Una vez allí el casco histórico con sus callejuelas, plazas, Catedral  y el paseo marítimo de los Ingleses son sólo unas pocas de las opciones que ofrece esta ciudad.


DONDE COMER: No creo que ni Mónaco ni Villefranche sean los mejores sitios para comer por precios, pero un cualquier caso yo probaría algo de la gastronomía francesa en Villefranche con vistas al barco para controlar bien los tiempos de vuelta.

Enlaces de interés:
  

domingo, 18 de enero de 2015

Savona

Savona es el puerto base en el mediterráneo para Costa Cruceros para sus pasajeros italianos (que son la mayoría), aunque utiliza puertos alternativos como Barcelona, Palma de Mallorca o Valencia, por lo que los pasajeros embarcados en estos puertos utilizarán Savona como puerto de escala.

Savona fue, sin duda, la gran sorpresa que me deparó el tercer viaje inaugural del Costa Diadema (Noviembre 2014). Lo primero que llama la atención del puerto es la excelente terminal que, por cierto, me recordó por su moderno diseño a la Palacruceros de Barcelona.

Existe una oficina turística que da información a los visitantes y suministra un magnífico plano en el que la guía del mostrador marca un itinerario bastante completo y fácil de seguir en la práctica.

El acceso a la ciudad es comodísimo y se puede hacer a pie. Algo que se agradece cuando, en otras ocasiones, hay que hacer un pequeño viaje adicional para salir del puerto y llegar al centro. 


COSTA DIADEMA EN SAVONA

EXCURSIONES OFICIALES: Por su localización, la escala permite excursiones a lugares como Génova y su acuario, Principado de Mónaco o Portofino, que es una pequeña localidad exclusiva de vacaciones a lado del mar equipada con tiendas de lujo y restaurantes.

ALTERNATIVAS: Un paseo por el casco antiguo de Savona, que se encuentra muy próximo al puerto.
Lo primero que me encuentro a la entrada de la capital, es la Torre León Pancaldo, que es el símbolo de Savona. Desde el barco también se le puede sacar muy buenas fotos. 



A continuación inicio un agradable paseo por la Vía Paleocapa, una calle comercial que me recordó la XX Septiembre de Génova, cuyos pórticos resultan muy confortables, especialmente en un día de viento y lluvia como el que me tocó en suerte.
Luego hago un desvío para pasar por el Palacio Della Rovere y llegar inmediatamente a las medievales Torres del Brandale.  Son tres: dos pequeñas y esbeltas (Torre Riario y Torre Corsi) y la más grande llamada Campanassa que está junto al Palacio degli Anziani.
Doy la vuelta y emprendo el camino hacia la Plaza del Duomo, en donde me encuentro con la bonita Catedral dell’Assunta, que posee un discreto alzado y un agradable interior muy acorde con la típica arquitectura religiosa italiana. Por una puerta lateral, adjunta a la fachada, me introduzco en la restaurada Capilla Sixtina, la única existente impulsada por el papa Sixto IV además de la afamada sita en El Vaticano, simpática y coquetona, en donde me topo con la sorpresa de un cautivador belén navideño enriquecido con figuras de los típicos lugareños de la zona. Por cierto, estaba prohibido hacer fotos. Una restricción, a mi juicio absurda, que no favorece en nada a la difusión de la belleza del lugar, sino más bien todo lo contrario.  
Luego me encamino a la Plaza Goffredo Mameli, en donde se halla el Monumento a los Caídos y, a continuación, a la Plaza Marconi para echar un vistazo a la Fuente del Pesce.
Un pequeño y justificado desvío me lleva a contemplar la elegante fachada del histórico Teatro Gabriello Chiabrera, con sus columnas griegas, jónicas en la planta superior y dóricas en la inferior.  



A continuación me encamino por Corso Italia hacia la Vía Dante Alighieri, en donde me encuentro con la impresionante Fortaleza Priamar, que me limito a contemplar desde el exterior. Luego disfruto de la serena y romántica belleza del recóndito Templeto Boselli, para terminar en el Monumento a Garibaldi situado a la entrada de una gran playa, invernalmente desierta, pero que imagino abarrotada en fechas veraniegas.

El completo recorrido que acabo de describir se puede hacer cómodamente en unas tres horas.

Savona es, en suma, una ciudad encantadora que, estoy seguro, dejará un agradable recuerdo a los cruceristas  que opten por visitarla.

Autor: Manuel Darias (Team Crucering)