Perteneciente a Grecia, Rodas suele ser puerto de escala habitual para cruceros por las islas griegas y aquellos trayectos más largos procedentes de Civitavecchia o Barcelona en la temporada de invierno.
La
primera sorpresa que el viajero se encuentra en Rodas es que el crucero atraca
en un muelle atravesado por viejos paredones defensivos en cuyo interior se ve
la Torre de Francia y tres molinos, dos de ellos en bastante buen estado de preservación.
Desde las últimas cubiertas del barco, se puede contemplar igualmente una
magnífica visión de las majestuosas murallas de la ciudad con sus puertas y
bastiones, así como del barrio antiguo, declarado en 1988 Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO, sin duda una llegada a puerto que no debes perderte.
EXCURSIONES OFICIALES: La oferta en Rodas se reduce a sus dos puntos fuertes, la propia ciudad y sus murallas y el Palacio del Gran Maestre. Hay otras alternativas como las ruinas de la histórica ciudad de Kamiros y el yacimiento arqueológico de Filerimos.
ALTERNATIVAS: Sin duda dar un paseo por tu cuenta por Rodas y explorar la ciudad y sus rincones iniciando en el mismo puerto pasando frente a la Puerta Marina y llegando la Puerta Arnauld. Una vez la trasponemos, ya estamos en la calle
Apellou, junto al Museo Arqueológico, en donde hay una oficina de turismo que
suministra al visitante un excelente plano de Rodas con los itinerarios
aconsejados y la ubicación de los más importantes edificios históricos de la
ciudad. Desde este lugar hay que hacer una breve parada en la cercana y
encantadora Plaza Argyrokastrou y, después de contemplar la iglesia bizantina
Panagia tou Kastrou (siglo XIII), pasamos a recorrer la perfectamente
conservada Calle de los Caballeros, una vía maravillosa y fascinante que se
encuentra flanqueada por las posadas medievales de España, Francia, Italia,
Inglaterra, Auvernia y Provenza. Es, a mi juicio, lo mejorcito de Rodas, el indiscutible
centro neurálgico de la urbe.
A
continuación llegamos al Palacio del Gran Maestre levantado en el siglo XIV por
los Caballeros de Rodas y destruido por la explosión fortuita de un polvorín en
1856, mientras la isla estaba sometida por el Imperio Otomano. El actual edificio
es una reconstrucción realizada en la primera mitad del siglo XX durante la
dominación italiana, que merece la pena visitar por su excepcional colección de
todo tipo de obras de arte, y especialmente
por los pavimentos de mosaicos helenísticos. A la salida del palacio aconsejo
atravesar la Puerta de San Antonio y recorrer el camino existente hasta la
Puerta D’Amboise con el objeto contemplar las impresionantes fortificaciones
concebidas por los ingenieros militares del medievo para la defensa de la
ciudad.
Regresamos
al palacio y atravesamos la calle Panetiou en donde nos encontramos primero con la Torre del Reloj, luego con la
Mezquita de Solimán el Magnífico y, frente a ésta, con la Biblioteca Turca.
Palacio Gran Maestre
Luego
sugiero bajar por la calle comercial Sokratus, plagada de tiendas de todo tipo,
que desemboca en la Plaza Ipokrátus, cerca por cierto de la espectacular Puerta
Marina, ornada por una bonita fuente otomana y con el singular edificio
Castellanía al fondo. Si continuamos por la calle Aristotelous, llegamos
enseguida a la Plaza de los Mártires Judíos con su graciosa Fuente de los
Caballitos de Mar.
Volvemos
al exterior de la Puerta Arnauld para dirigirnos hasta la Puerta Arsenal, por
donde ingresamos brevemente en la ciudad medieval para salir de nuevo por la
Puerta Eleftherias y caminar más tarde por la moderna calle del mismo nombre.
En dicha avenida nos encontramos con una impresionante serie de edificios
públicos, realizados por el dictador Mussolini con el propósito de convertir
Rodas en un centro neurálgico de la cultura italiana. Una impactante
arquitectura fascista integrada por construcciones tan imponentes como: Nuevo
Mercado, Banco de Grecia, Edificio de Tribunales, Autoridad Portuaria, Correos,
Palacio de las Fuerzas Armadas, Ayuntamiento, Teatro Nacional, Iglesia de
Evangelismos, Palacio del Arzobispo, Palacio del Gobernador y Casino Rodos. Por el lateral que da al mar de la Iglesia de
Evangelismos, se ubica la plaza Antinavarchou, en cuyo centro se halla el
Monumento a los Muertos de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí podemos acercarnos
a la entrada del Puerto de Mandráki, con sus dos columnas rematadas por un ciervo
y una cierva, que son los emblemas de Rodas, y contemplar el majestuoso Fuerte
San Nicolás y tres antiguos molinos de viento.
COLOSO DE RODAS: Las dos columnas se asientan en el lugar donde, según la leyenda, se
encontraba el Coloso de Rodas, la estatua de bronce de 33 metros de altura, una
de las siete maravillas de la antigüedad, destruida por un terremoto. Aunque lo
cierto es que, a resultas de recientes descubrimientos, el célebre coloso
podría estar ubicado realmente en dos lugares diferentes: o en el solar del
Palacio del Gran Maestre o en la Acrópolis.
COMPRAS: A lo largo de todo el camino podemos encontrar innumerables tiendas de artesanía, joyas o pieles, sobre todo de visón, aparte de las clásicas tiendas de souvenirs, siendo en este último caso las esponjas, zapatos o cerámica lo más demandado.
Resumiendo:
me encantó Rodas; tanto, que no me importaría visitarla de nuevo.
Manuel
Darias (team Crucering)
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