Funchal es un puerto muy utilizado en el Atlántico, tanto en trayectos transatlánticos desde el Caribe y Brasil como en rutas hacia Canarias en la temporada de invierno.
Famoso por sus fuegos artificiales de fin de año, cada vez más navieras cuadran sus calendarios para pasar esta fecha señalada en este puerto o incluso fondear en sus exteriores para disfrutar del espectáculo.
Mi primer encuentro con Funchal tuvo un caracter agridulce, ya que coincidió con el peor temporal en los últimos cuarenta años provocardo inundaciones, avalanchas y causando graves destrozos en Madeira. La escala del MSC Fantasia se suspendió en el trayecto de ida, pero finalmente pudo atracar en el puerto de Funchal en el trayecto de vuelta. A pesar de que ya estaba prevenido, me encontré con un espectáculo desolador. Calles llenas de barro y piedras, garajes anegados, barrancos desbordados, vehículos abollados, barcos dañados por las riadas y, sobre todo, la contemplación de transeúntes que circulaban tristemente por las calles, todavía con el miedo reflejado en sus rostros, me causaban gran pena y desazón. A pesar de la desgracia, pude comprobar fehacientemente que los informes que algunos amigos me habían dado de la capital madeirense estaban ajustados a la realidad. Funchal era una ciudad francamente preciosa y encantadora. Un destino de crucero que contaba con todos los atractivos para que las grandes compañías organizaran una escala en la isla.
Famoso por sus fuegos artificiales de fin de año, cada vez más navieras cuadran sus calendarios para pasar esta fecha señalada en este puerto o incluso fondear en sus exteriores para disfrutar del espectáculo.
Mi primer encuentro con Funchal tuvo un caracter agridulce, ya que coincidió con el peor temporal en los últimos cuarenta años provocardo inundaciones, avalanchas y causando graves destrozos en Madeira. La escala del MSC Fantasia se suspendió en el trayecto de ida, pero finalmente pudo atracar en el puerto de Funchal en el trayecto de vuelta. A pesar de que ya estaba prevenido, me encontré con un espectáculo desolador. Calles llenas de barro y piedras, garajes anegados, barrancos desbordados, vehículos abollados, barcos dañados por las riadas y, sobre todo, la contemplación de transeúntes que circulaban tristemente por las calles, todavía con el miedo reflejado en sus rostros, me causaban gran pena y desazón. A pesar de la desgracia, pude comprobar fehacientemente que los informes que algunos amigos me habían dado de la capital madeirense estaban ajustados a la realidad. Funchal era una ciudad francamente preciosa y encantadora. Un destino de crucero que contaba con todos los atractivos para que las grandes compañías organizaran una escala en la isla.
Desde entonces hasta ahora, en otras cuatro ocasiones he tenido la oportunidad de llegar a Funchal como crucerista, la última vez el pasado febrero de 2015 con el renacido MSC Armonía. Sin falsas modestias, creo que soy un razonable conocedor del centro urbano de la bella ciudad, que posee atractivas aceras pavimentadas con el popular “empedrado portugués”, bonitas casas y sencillas iglesias, cuyas edificaciones me han recordado en todo momento a la típica arquitectura de corte colonial de las Canarias.
Excursiones Oficiales. En Funchal tenemos a nuestra disposición una oferta de excursiones que incluyen trayectos de aventura en Jeep, visitas a Eira do Serrado y Teleférico, rutas panorámicas por la isla o la tradicional bajada en carreiros.
Caminando por Funchal. Desde
la terminal del puerto, resulta muy cómodo llegar al centro de la ciudad en un
agradable paseo de unos veinte minutos de duración. Como información previa,
decir que un atractivo adicional de Funchal lo constituye el magnífico parque
escultórico, del que se puede disfrutar mientras se camina por las calles y
avenidas. Hay que tener la cámara de fotos preparada.
Voy
a dar tres sencillos recorridos con los que, estimo, el crucerista podrá tener
un conocimiento casi completo de la capital madeirense.
Primer recorrido. En
el primer itinerario, a la salida del puerto, entramos en la Avenida Sa
Carneiro y, a los pocos pasos, en la roja Plaza do Mar, nos tropezamos con una
gran estatua en bronce de Cristiano Ronaldo, ilustre hijo de la ciudad. Una obligada
instantánea. Luego
entramos en la Avenida do Mar, un largo y bonito paseo ajardinado que, en mi
reciente viaje con el MSC Armonía, me lo encontré esplendoroso, con unas obras
de encauzado de los barrancos y remodelación de la costa, acometidas en estos
últimos cinco años. Después de pasar por el
imponente Palacio-Fortaleza de San Lorenzo, llegamos a la Plaza da Autonomía,
con su elevada estatua obra del afamado escultor local Ricardo Velosa.
A continuación accedemos al Jardín Almirante Reis en donde se encuentra el teleférico, que nos subirá a la Iglesia de Nuestra Señora del Monte, desde donde se puede descender luego vertiginosamente en los carreiros, cestas de mimbre típicas de la zona conducidas por dos hábiles isleños.
Castillo Fortaleza San Lorenzo
A continuación accedemos al Jardín Almirante Reis en donde se encuentra el teleférico, que nos subirá a la Iglesia de Nuestra Señora del Monte, desde donde se puede descender luego vertiginosamente en los carreiros, cestas de mimbre típicas de la zona conducidas por dos hábiles isleños.
Terminamos
esta primera ruta llegando al Fuerte de Santiago, pintado con un llamativo
color amarillo, que tiene en su seno un Museo de Arte Contemporáneo.
Fuerte de Santiago
Segundo recorrido. En
el Fuerte de Santiago, iniciamos nuestro segundo recorrido por la calle Sao
Tiago haciendo una parada en la recoleta capilla del Corpo Santo para, a
continuación, entrar en la Rua de Santa María, una curiosa calle, con
restaurantes y galerías de arte, cuyas puertas están primorosamente decoradas
con coloridas ilustraciones y metálicos bajorrelieves. Luego, hay que hacer una
obligada visita al Mercado dos Lavradores, para contemplar las frutas más
grandes y jugosas que uno pueda imaginar.
Caminando a continuación por la Rua Fernando de Ornelas que enlaza con la Rua do Aljube, nos encontramos con la Catedral, un templo en el que me encontré muy a gusto, ya que su edificación me trajo reminiscencias a las iglesias tinerfeñas. A la entrada, una estatua del Papa Juan Pablo II recuerda su visita a Funchal el 12 de mayo de 1991. Ya estamos en la Avenida Arriaga, el centro neurálgico de Funchal, con importantes edificios como el Palacio del Gobierno Regional y el Teatro Municipal, en donde igualmente podemos hallar un punto de información para turistas. En esta calle también se ubica el exuberante Jardín Municipal, un lugar recoleto que recomiendo para descansar un rato de la caminata.
En la Rotonda del Infante Don Henrique, echamos un vistazo a la hermosa fuente con una gran esfera armilar en el centro, para seguir con nuestro recorrido por la Avenida do Infante, a cuya izquierda, de inmediato nos encontramos con el Parque Santa Catarina, una gran superficie ajardinada con agradables sorpresas en su interior. A continuación está situada la Quinta Vigia, residencia oficial del Presidente del Gobierno Regional, cuyos jardines están abiertos al público, y que tiene una fantástica vista sobre la bahía y puerto. Justo al lado, se halla el Casino de Madeira, en donde finalizamos este segundo periplo.
Mercado dos Lavradores
Caminando a continuación por la Rua Fernando de Ornelas que enlaza con la Rua do Aljube, nos encontramos con la Catedral, un templo en el que me encontré muy a gusto, ya que su edificación me trajo reminiscencias a las iglesias tinerfeñas. A la entrada, una estatua del Papa Juan Pablo II recuerda su visita a Funchal el 12 de mayo de 1991. Ya estamos en la Avenida Arriaga, el centro neurálgico de Funchal, con importantes edificios como el Palacio del Gobierno Regional y el Teatro Municipal, en donde igualmente podemos hallar un punto de información para turistas. En esta calle también se ubica el exuberante Jardín Municipal, un lugar recoleto que recomiendo para descansar un rato de la caminata.
Catedral de Funchal
En la Rotonda del Infante Don Henrique, echamos un vistazo a la hermosa fuente con una gran esfera armilar en el centro, para seguir con nuestro recorrido por la Avenida do Infante, a cuya izquierda, de inmediato nos encontramos con el Parque Santa Catarina, una gran superficie ajardinada con agradables sorpresas en su interior. A continuación está situada la Quinta Vigia, residencia oficial del Presidente del Gobierno Regional, cuyos jardines están abiertos al público, y que tiene una fantástica vista sobre la bahía y puerto. Justo al lado, se halla el Casino de Madeira, en donde finalizamos este segundo periplo.
Tercer recorrido. Regresamos
de nuevo al Jardín Municipal. Desde allí subimos por un lateral y llegamos a la
pintoresca Rua da Carreira.
Pasamos por el Museo Photographia Vicente y entramos
en la Plaza Municipal, con el Ayuntamiento y el Museo de Arte Sacro. Luego,
después de contemplar el Palacio de Justicia, que está al lado, caminamos por
la Rua do Bom Jesús, siguiendo después por la Rua Joao de Deus hasta arribar al
Museo del Bordado. A continuación bajamos por la Rua Brigadeiro Oudinot,
pasamos de nuevo por el Mercado dos Lavradores para llegar por último a la
Plaza de la Autonomía, en la Avenida do Mar.
Rua da Carreira
Plaza del Municipio
Los
tres itinerarios que he propuesto se pueden recorrer en unas cuatro o cinco
horas, dependiendo del tiempo empleado en las paradas.
Si
el crucero permanece durante dos jornadas en Funchal, en el segundo día sería
procedente subir en teleférico a Nuestra Señora del Monte; si se es un hincha
del Real Madrid, se puede visitar el Museo CR7 dedicado a Cristiano Ronaldo,
que está perfectamente señalizado a la salida del muelle; o, simplemente,
callejear sin rumbo fijo por la ruas funchalenses.
Compras. En el cruce con la Rua do Conselheiro (Primer Recorrido), aconsejo visitar la Casa del Turista, un agradable lugar ubicado en un viejo caserón típico, en donde se puede encontrar todo tipo de regalos y recuerdos, especialmente en lo referente a la artesanía y los productos vinícolas de Funchal.
Comer en Funchal. La Rua de Santa María, en la segunda ruta propuesta, podemos encontrar varios restaurantes de comida local. Aunque no paramos en nuestras escalas lo dejamos pendiente para la siguiente visita.
Un consejo para el viajero que arriba por primera vez a Madeira: antes de escoger una excursión para visitar algún otro lugar de la isla, quédense en la capital. Estoy seguro de que no se arrepentirán.
Funchal es, en suma, una cautivadora y fascinante ciudad con la que siempre me reencuentro con renovada ilusión siendo, sin duda, una de mis predilectas como crucerista.
Por cierto, llama la atención el civismo de sus habitantes. En Funchal es difícil encontrar un grafiti y resulta casi imposible detectar un acto vandálico contra el patrimonio municipal. Se trata de una circunstancia que los visitantes apreciamos y valoramos en su justa medida. Es como una silente invitación a volver.
ENLACES:
Webcams Funchal
City Seightseeing Funchal
Manuel Darias (Team Crucering)
No hay comentarios:
Publicar un comentario