lunes, 8 de febrero de 2016

Buscando el Costa Concordia

Una costumbre que tengo cuando llego a un crucero es examinar el primer día la oferta de paquetes de bebidas. En este caso no he tenido mucha opción ya que mis compañeros de viaje tenían incluido el “Cheers” en su tarifa del crucero, así que, por compartir mesa con ellos, he tenido que contratarlo, en principio no muy convencido de su rentabilidad.

El “Cheers” incluye bebidas ya sea refrescos, cerveza de barril y vino (el predeterminado por el restaurante) sólo en comidas y cenas tanto en restaurante (no de especialidad) como en buffet. No obstante, una vez hecho cuentas debo decir que está bien. Sólo con tomarte dos vasos de vino o dos cervezas grandes por comida lo amortizas. Si a esto le sumas la botella de agua de rigor para llevarte el resto a la habitación hasta merece la pena, ya que te olvidas de estos cargos durante el crucero.

Los dos últimos días hemos visitado Marsella y Génova. En Marsella habían cambiado cosas, por lo que tendré que actualizar a mi vuelta el artículo de este destino. Como ya había estado allí aproveché esta visita para ir a lugares a los que no he podido llegar en visitas anteriores y que son muy recomendados como el Palacio de Longchamp.


Palacio de Longchamp

En Génova, en cambio, el tiempo no acompañó ya que estuvo lloviendo todo el día. Como no hay mal que por bien no venga he podido aprovechar para volver al Acuario, cerrado en mis últimas dos visitas a la ciudad por ser lunes, ya que está muy próximo a la terminal de cruceros. Sin duda es una visita muy recomendada, sobre todo si tienes niños, aunque recomiendo coger sólo el ticket del acuario, ya que la esfera de Biosfera no merece la pena.


Uno de los momentos que estaba esperando era la salida de Génova, ya que, según las informaciones que manejaba, el accidentado Costa Concordia se encontraba en el astillero a la salida del puerto en pleno proceso de desguace. La oscuridad del día y la salida algo tarde del MSC Preziosa (no olvidemos que Génova es puerto de salida principal de este crucero), no ayudaron mucho en la toma de imágenes del Concordia, pero sí pudimos reconocerlo por los “pontones” que se utilizaron para la operación de “parbuckling”. En la actualidad queda poquito ya que se puede reconocer la proa, pero todo lo que se encontraba por encima de la cubierta 5 ya prácticamente no existe.

Costa Concordia en Génova

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